
«Desesperación: No encontramos otra palabra para describir lo que sentimos. Desde la sección sindical de Autonomía Obrera en el Ayuntamiento de Puerto Real, queremos denunciar esta amarga situación que está llegando a límites de desesperación.
Desde que iniciamos nuestro camino en esta administración, siempre como un sindicato minoritario, nuestros ideales nos encaminaban a que todas las acciones pasaran por la negociación de un Convenio Colectivo nuevo, actualizado y adaptado a las nuevas normativas. Estas normativas han acabado por destrozar todo lo acordado durante años, lo que se entendía por bueno y ha resultado ser malo, irregular y, en algunos casos, ilegal. Parecía bonito, pero no.
Inmersos en un mar de incertidumbres, nos encontramos ahora el personal del Ayuntamiento, entre la obligación y el deber por ser empleados públicos y el coraje, enfado e indignación por ser personas que lo único que quieren es trabajar y cobrar por ello de manera legal y decente. Todo producido, a nuestro entender, por un sinfín de desacuerdos entre los técnicos, habilitados y políticos, que durante años no han sido capaces de organizar, estructurar y manejar esta administración como se merece. Unos por una cosa y otros por otra.
La plantilla, que queda muy por debajo del número que debería por ratio de habitantes, ya no puede más sacar las castañas del fuego. Lleva años partiéndose el lomo para dar unos servicios lo más decentes posible y con las dificultades que padecemos, como pueden ser la falta de personal, falta de medios, ampliación de funciones, trabajos de superior categoría, duplicidad de funciones por necesidades del servicio, agresiones físicas y verbales por usuarios, en algunos casos exigencias desde las jefaturas, negaciones de permisos, reducciones salariales y ya para colmo retrasos en las nóminas. Es imposible sostener una empresa en esta situación si no fuera por el esfuerzo de la plantilla.
Nos gustaría que esta situación no existiera, pero por desgracia está y en todo su esplendor. No queda más remedio que arrimar el hombro y ser conscientes del estado de salud en el que nos encontramos para dar un diagnóstico paliativo y sanar de una vez por todas al Ayuntamiento de Puerto Real.
Son infinitas las propuestas que se están llevando desde todas las partes, algunas rebajando las pretensiones, como puede ser la adopción del Convenio Colectivo de Chipiona, recién aprobado en la ciudad vecina, para intentar clarificar situaciones anómalas en nuestras nóminas que están siendo investigadas por el Tribunal de Cuentas desde hace unos años. También para paliar la falta de personal y, cómo no, para regularizar una administración destrozada por determinadas acciones del pasado. Pero todo eso parece ser que no es suficiente y seguimos teniendo la espada de Damocles en lo alto. Ya no podemos más.
Pedimos un esfuerzo de todas las partes para llevar a buen puerto toda esta situación y poder dar unos servicios lo más decentes posible al ciudadano, que es quien nos necesita. Exigimos a la autoridad competente que utilice todas las herramientas posibles para iniciar una unificación de criterios y todas las modificaciones necesarias para que no vuelvan a ocurrir estos atrasos salariales, se acaben las diferencias entre áreas, las acusaciones de culpabilidad entre unos y otros como niños de colegios y lleguen al fin las buenas relaciones, la estabilidad salarial y acaben de una vez por todas las persecuciones de otras esferas. En definitiva, volvamos a ser lo que fuimos.»